domingo, 7 de noviembre de 2010

Brindis de inicio

Clavándome (perdón, degustando) una copa de malbec patagónico empiezo este blog.
Y justamente de eso trata esta entrada: de la edición 2010 de Vinos de Lujo, esta vez auspiciada por la revista El Conocedor y con sede en el Hotel Alvear, en los salones donde altri tempi hacía sus expo -mejores que las de ahora, a mi criterio- la revista Cuisine & Vins. Hacia allí pues partí, como es de suponer (con una persona que me hizo la segunda, ya que aunque una tiene cultura alcohólica nunca se sabe y es mejor ir con alguien que tome menos y que en el peor de los casos vaya de acompañante en la ambulancia).
Tal lo imaginable: había muuuucha gente. Consejo para los que nunca fueron a este tipo de expos: caigan ni bien se anuncia la largada. A las dos horas aprox. llega un momento en que la cosa se hace insostenible y ya no sabés si tomaste de más y no tenés conciencia de tus pies o si simplemente es que te está llevando la marea humana.

Para comenzar, es bueno aclarar que "de lujo" es una calificación que sólo resulta aceptable en el contexto, ya que no estamos hablando de vinos de alta gama real, sino -en promedio- de vinos de un valor equivalente al doble de la gama más típica que venden todos los super y que se toman en el asado familiar, por poner un ejemplo de situación.

Una de las notas de color de estos eventos es chusmear un rato y detectar a la fauna farandulera local. Asumo que los días potentes en ese aspecto fueron el lunes y el martes (de inauguración para invitados especiales) y el viernes sólo vi a Guillermo López (= el pelado de CQC), Fierita y otro que ahora está de panelista en Zapping y no me acuerdo el nombre. Del ambiente gourmet vi a Osvaldo Gross, Inés de los Santos (bartender muy famosa) y por supuesto a Fabricio Portelli que es la cara visible de El Conocedor. También vi a dos personas que son famosas para mí porque trabajan dentro de una empresa que conozco bien (obviamente, conservaré sus nombres en el más oscuro anonimato). Y posiblemente me debo haber cruzado a más gente que conozco, cada tanto veía caras que me resultaban familiares, pero no podía descifrar de dónde. Ya nos cruzaremos en otra expo y quizás me haya acordado para ese momento.

El público de a pie como yo da para un análisis sociológico muy interesante, lo recomiendo a chicas y chicos de Sociales (UBA por supuesto) que quieran hacer un estudio de campo en ese rubro. Es un poco lo que -humildemente- hago cada vez que voy, y voy desde hace varios años a este tipo de after office hoteleros. Es notable ver cómo año a año crece la cantidad de mujeres (persona que me acompañaba señaló que muchas van de levante... yo soy más piadosa y pienso que a muchas les gusta el vino, aunque no sepan tomar) y también la cantidad de hombres a los que aplica el mismo comentario que para las mujeres.

Algunos stands que visité y recuerdo (no fui tan prolija de llevar libretita y tengo capacidad para probar mucho):
-Domingo (tradicional bodega salteña), cuyo vino más reconocido es el torrontés Finca de Domingo, del que hoy en día existen tres variedades: 1) el tradicional joven sin paso por barrica, 2) otro con paso por barrica y 3) la versión tardía. Probé 1 y 2, sigo prefiriendo la 1.
-Colomé, que también cuenta entre sus stars al torrontés y al vino de corte Amalaya, que por supuesto he probado en otras ocasiones. Probé ambos, sólo para ver si mantenían la calidad. Sí.
-Codorniú, donde -como me encanta el María- probé el reserva. Aprobado.
-Atamisque, de capitales franceses a cuyo gerente conocí en el Sofitel Arroyo en el marco de la semana francesa. La verdad (y lamentablemente no recibo una caja de malbec por decir esto) me gustaron todos los vinos que probé de la bodega.
-Palau (agua mineral salteña) donde unos muy chispines Guillermo López y Fierita se pusieron a hablar con la persona que me acompañaba (que no mira tele y ni sabía con quiénes estaba hablando). Es un agua muy rica y me enteré de que la venden en el local de Palau que está por el downtown.
-Paladini: thumbs down, a ese stand y a todo el costado "gastronómico" de la expo, que fue deprimente. Menos 10. Pequeña digresión: no le pueden dar de probar cantidad de vinos a personas que en algunos casos no tienen la resistencia suficiente sin poner a su disposición la posibilidad de comer algo entre copas. Los que hacen este tipo de expos deberían conocer al detalle al público que concurre a estos eventos. Algunos saben tomar, otros no. Y se nota.
-Bodegas del Desierto: la primera y única bodega de La Pampa, muy reciente y los vinos lo delatan. No son deslumbrantes, pero hay que ponerle una ficha, darle unos añitos y volver a probar.
-Altos Las Hormigas: probé un malbec reserva que mucho no me gustó.
-Finca La Amalia: otro malbec que tampoco me fascinó.
-Rossel Boher: bodega más conocida por sus "espumantes" (palabra que detesto) pero probé el merlot 2006 Casa Boher y me encantó. Cabe aclarar que mis vinos favoritos son el syrah y el merlot en ese orden y cuesta encontrar un merlot que le haga honor a su nombre. Este, a mi juicio, cumplió ese requisito con creces.
-Salentein: probé el malbec reserva, no estaba mal, pero me gustan más otros.
-Universo Austral: probé un carmenere que debe ser el vino con más gusto a pasto que probé en mi vida.
-Finca Flichman: ahí había varios interesantes y elegí el postales de tupungato, no es un vino para andar comprando todos los días en el chino de acá a la vuelta dado su precio, pero estaba muy rico con m de mucho.

Next stop (etílica): la feria de espumantes organizada por revista joy a realizarse 11, 12 y 13 de noviembre en el hotel Panamericano. No tengo quorum hasta el momento, pero me animo a ir sola, así que allí estaré, posiblemente el sábado. Si el 14 no hay señales de mí... bueno, por las dudas les dejo un beso a todos.
Recuérdenme con cariño.

1 comentario:

  1. Hola Ari! Lindo post, tus comentarios son lo más =) Me divierte tu manera de escribir. Besos.

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